jueves, 4 de junio de 2009

¿Cómo llegué hasta aquí?

No sé qué se puede esperar, si cabe esperar algo, de la humanidad. Es un concepto tan amplio y abstracto que me cuesta pensar esa idea global, similar a lo que me sucede, por ejemplo, con el término infinito. Pero lo que más me inquieta, por preocupante, es que tampoco sé, ni me aproximo, qué esperar de aquellos que me rodean. que aún formando parte de la totalidad del cosmos, del universo, los siento más cercanos, más fáciles, más asequibles, más nítidos.
Hubo de haber en mi vida un punto de inflexión en el que dejé de ser un niño, o un joven, o un hombre normal, para convertirme en un estúpido. Pero no lo recuerdo. Le supongo trascendencia al detonante que dio paso a esta absurda metamorfosis, y busco en mis recuerdos, oteo las imágenes que me conforman, y no hallo el instante preciso. Soy estúpido, ¿qué esperaba?, no puede, para mí, ser sencillo.
Y doy palos de ciego, y me estrello una y otra vez contra el puto suelo, que no debe ser tan duro, pues no estoy muerto, pero tampoco blando, puesto que tampoco estoy cuerdo.

Y mientras, miro sorprendido al mundo.

1 comentario:

B. dijo...

Hostias contra el suelo nos damos todos.