jueves, 30 de julio de 2009

Acto valiente de un cobarde.

Siempre le he tenido miedo a la muerte.
Quizá nos pase un poco a todos.
No creo en Dios, no veo un camino más allá de la putrefacción de mi cadáver y los gusanos que quieran roerme. Que les aproveche.
No creo en el alma, así que tampoco ésta saldrá de mi cuerpo y podré contemplarme mientras me dirija a la luz.
No sé si hoy, mañana o dentro de 40 años esto habrá terminado.
No estoy orgulloso de mí. Tampoco lo estará nadie. No saldré en las enciclopedias, ni formaré parte de los libros de Historia de futuras generaciones de alumnos. Tampoco importa, no habría de enterarme.

Pero un día te hice sonreir.

Y con toda seguridad será ese mi último recuerdo.

¿Cuál será el tuyo?

2 comentarios:

@SusVersiva dijo...

Aaaah, me apunto!! Quiero recordar a mi gente sonriendo. Quisiera que me recordaran también sonriendo. Darle un poco más de faena a los gusanos, que se perderán en la montaña rusa de mis arrugas de la risa.

No formarás -no formaremos- parte de los libros de LA historia, pero a bien seguro que estaremos en unos pocos libros de pequeñas historias, que son las que nos importan.

¿No estás orgulloso? Desde mi punto de vista -de gran amante de las pseudo-estupideces, y cuanto más contradigan la "listura" establecida, casi que mejor- deberías estarlo. Deberíamos vivir de tal forma que los que nos conozcan de verdad, esos pocos, puedan estar orgullosos. Igual que yo lo estoy de gente que se me fue y que me marcó a fuego...

Definitivamente, quiero recordarlos sonriendo, que piensen que lo hice fatal, pero como buenamente supe/pude/no-dios me dio a entender.

Un abrazo hoy afligido pero generoso de sonrisas...

NINA dijo...

Yo creo que "su recuerdo" será fantástico. ¿A quién le importa que alguien salga en enciclopedias habiendo logrado una sonrisa?

En las antípodas de la fe -o no?-, te saludo.