La última vez que jugué al póker, al Holdem tan de moda, perdí mi resto en un farol.
No suelo ser jugador sin cartas, pero quise, por una vez, tantear la suerte para ver de parte de quién se ponía.
No creo en el azar porque el azar jamás creyó en mí.
Cuestión de probabilidad dicen los que entienden algo de esto.
Si de diez veces que cruce un puente, sólo me voy a caer una, pero resulta que esa una es la primera vez en la que lo atravieso, ¿de qué me sirve la estadística?
El azar es el seudónimo de Dios cuando no quiere firmar.
Anatole France
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6 comentarios:
Algunos dirán pues no cruzo el puente. Lo mejor es cruzarlo corriendo y sin mirar.
Los puentes hay que cruzarlos con ambas manos aferradas al barandal.
Todo para ir en contra de las estadísticas :)
Si lo cruzas por cruzar y se cae, pase. Pero si lo cruzas gritando "A que no se cae, qué te apuestas a que no se cae" y se cae, quedas como la chata.
(Lo digo porque a mí me cazan los faroles antes casi de abrir la boca)
El que no arriesga no gana... Lo dice un eterno perdedor harto de no arriesgar.
Por lo que decís, si algo queda claro es que el puente, por cojones, hay que cruzarlo...
Está bien, me pondré casco.
Gracias chicos por los comentarios.
Efectivamente lo mejor es cruzarlo y sin mirar. Si te paras 1 segundo a pensar, corres el riesgo de caer. Entonces, a parte del casco, hará falta un arnés.
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