lunes, 17 de agosto de 2009

De lejanas infancias.

Pues crucé el limbo pesaroso
de gélidos nácares pulidos,
y no creí de tu esencia
la locura perenne del espíritu.
Neblina, en ella envueltos
los sentidos
luchan por despertar cual navío aguerrido...
Oh, Dulce Neus,
que en mí posaste tus ojos desvalidos
haz de mi tu esclavo,
dulce amante prohibido,
que en tierras lejanas buscó,
mas no halló su sino.

Este poema lo escribí en el 89, contando aún 12 años.
Mediocre.
Siempre lo he sido, siempre lo fui.

Nunca me ha importado reconocerlo.

Cuando uno deja de soñar, empieza, de alguna forma, a vivir.

Os deseo una buena semana.

3 comentarios:

ElChicoDeLaNoria dijo...

Una de mis canciones favoritas dice:
"Cuando tus ideas más profundas se rompen, tienes que seguir soñando, porque sabes que cuando pares de hacerlo, es que vas a morir"
(traducción algo inexacta, pero más o menos)

Y estoy de acuerdo... cuando dejas de tener sueños, es cuando pierdes interés en seguir viviendo.

Y más mediocre es aquel que no lo reconoce. Y el que no lo intenta, pese a saberse mediocre.

Un saludo y buena semana para ti también

Cosas Que Nunca Te Dije dijo...

A mi me impresiona que escribieras ese poema con tan sólo 12 años. Jamás podría (ni podré) escribir así.
Creo que vivir soñando y vivir sin soñar son dos formas distintas de vivir, y las dos son válidas. Claro que la primera nos hace sufrir cuando tenemos una dosis de realidad. Seguramente llegue el día en el que deje de soñar, desde luego hoy no es el día, para bien o para mal.

@SusVersiva dijo...

Estoy de acuerdo con Cosas que nunca... Un niño que escribe a los 12 años así, en breve se revela como lo que en realidad es: un poeta de tomo y lomo. No te creas que el poema está tan distante de lo que hacían poetas de cierto renombre en la adolescencia de la época moderna, durante el romanticismo, por ejemplo... "No creí de tu esencia / la locura perenne del espíritu", por ejemplo y entre otros, me parece un verso digno de atención.

Es realmente admirable la sensibilidad que demostrabas y el dominio del vocabulario. De veras. Si vieras mis poemas de esas épocas te escandalizarías! ;o)

Un gesto bonito éste de ofrecernos tu niñez calada por la poesía...

Un abrazo