Y la última tormenta trajo consigo el fin de aquella hermosa época. Época de aguas, de abrazos, de promesas hechas entre risas y lágrimas, de miradas furtivas alrededor de una mesa.
Y nació el nuevo siglo, y con él la oscuridad de lo inerte.
Es hora de terminar, con todo, y este blog no podía quedarse en el camino.
Gracias a todos los que han participado, de una u otra forma en él.
Mucha suerte.
martes, 15 de junio de 2010
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